Lenguaje Poético en la Biblia

La clasificación de los libros de la Biblia, contempla los libros poéticos; estos son: Job, Salmos, Proverbios y Cantar de los Cantares, en los que a través de del verso se expresan verdades preciosas envueltas en bello lenguaje. Por ejemplo podemos citar la gran promesa de Dios en la que se ofrece como nuestra guía, expresada por medio de una metáfora cuando dice en el Salmo 23:1 “Jehová es mi pastor y nada me faltará. “ O en esta bella comparación del Salmo 42:1 y 2, en la que el salmista nos presenta la fuerza con la cual debemos buscar la presencia de Dios en nuestra vida: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti oh Dios el alma mía…”

Algunas expresiones son muy claras de interpretar; en otros casos, hay un grado mayor de complejidad pero no menos hermosos ni menos valiosos para enseñar la voluntad de Dios para sus hijos. De manera general, en la Biblia, se observa  el uso frecuente  de un lenguaje figurado compuesto por imágenes visuales y auditivas.

Para entender un poco más  la belleza del verso hebreo debemos recordar que el estilo usado comúnmente en las literaturas antiguas está basado en su rasgo distintivo que se llama  paralelismo de ideas; esto es una correspondencia entre los  elementos del pensamiento, siguiendo un ritmo lógico (Gili Gaya 1968). Dicho de otra manera,  quiere decir que en un mismo verso van dos ideas que se complementan de diferente manera.  Existen básicamente tres tipos de paralelismo, mismos que se mencionan a continuación. Cuando los hemistiquios (partes del verso) son  contrastantes se les llama paralelismo antitético; cuando son repetidas pero con  otras palabras se les llama sinonímico o, cuando la segunda idea  complemente la primera, entonces se le llama sintético (Gili Gaya 1968).  Una muestra muy clara de este tipo de versificación lo encontramos en Proverbios 14 que inicia diciendo: “La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba.” En ese mismo capítulo pero en el verso 27: “El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte” y en el  29 dice: “El que tarda en airarse es grande de entendimiento; mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad”.  Quién no recuerda esta gran verdad respecto a la familia, cuando las cosas no andan bien,  como se expresa en Proverbios 17:25 “El hijo necio es pesadumbre de su padre, y amargura a la que lo dio a luz.”

Es muy interesante notar que a través de este estilo se consiguen dos beneficios al leer la Biblia en nuestra lengua materna: primero,  la idea  original no se pierde en la traducción  a otras lenguas  debido a que se  conserva el pensamiento primario. Y en segundo lugar las verdades escritas por inspiración se conservan de manera más cercana al original, causando una impresión más perdurable en desafío al tiempo y a los rasgos particulares de la gramática de cada lengua a la que se le traduce; de este modo se cumple con  el propósito de inspirar a los lectores para tener un acercamiento a Dios y satisfacer sus necesidades espirituales.

A continuación mencionamos algunos ejemplos que nos permiten ver ese contraste de ideas tomados de Biblia:

Paralelismo sinonímico: “Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad…”  (Salmo 32:5)

Paralelismo antitético: “Muchos dolores habrá para el impío; mas el que espera en Jehová, le rodea la misericordia.” (Salmo 32:10)

Paralelismo sintético: “Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confío mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré.” (Salmo 28:7)

Los libros de Job, Salmos, Proverbios y Cantar de los Cantares no son los únicos libros que  utilizan un lenguaje poético. Las Sagradas Escrituras son ricas en la belleza de la poesía.

Author

Lorenzo Tello

Me formé en la Escuela Normal como profesor de Educación Primaria y la Licenciatura en Ciencias de la Educación con especialidad en Lengua y Literatura Española, ambas carreras en la Univerdidad de Montemorelos. Tengo estudios de posgrado en Lingüística Hispánica en la Universidad Nacional Autónoma de México. He enseñado en la escuela primaria, secundaria y preparatoria en varias escuelas de la organización de la Iglesia Adventista de Méxixo; así como, en el nivel universitario y en el posgrado en educación en la Universidad de Navojoa y de la Universidad de de Montemorelos. Cumplí funciones directivas en todos los niveles. Actualmente estoy entrando al plan de jubilación que la Iglesia tiene; trabajé 43 años por la gracias de Dios y mi última función fue la dirección de la Facultad de Educación de la Universidad de Montemorelos.

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