La Psicología Educativa, asegura que es indispensable que exista la disciplina para lograr la organización del salón de clases y de todo el centro educativo. Cubero (2004) asegura que la disciplina, facilita “los procesos de socialización y enseñanza-aprendizaje, que no pueden realizarse en ambientes educativos carentes de normas que garanticen la posibilidad de que se lleven a cabo esos procesos en la forma más eficiente posible”. Agrega que las causas de la indisciplina no pueden limitarse al aula, sino que el hogar y la sociedad también forman parte importante; aspecto recalcado también desde la Psicología Evolutiva o del Desarrollo.
Desde la modificación de conducta, pilar de la Psicología moderna, se han establecido una serie de estrategias para lograr la disciplina en el salón de clases. Entre ellas se encuentran el establecimiento de límites, muy comentado entre educadores y psicólogos educativos; y las intervenciones en el aula las cuales pueden ser de tres tipos:
- Técnicas preventivas, las cuales buscan minimizar o prevenir que se presenten problemas en el aula y en la escuela.
- Técnicas de apoyo, útiles cuando se inician las conductas problema y que no requieren interrumpir la lección, sino que pueden ser códigos, miradas, otros, que adviertan al estudiante de que está se está saliendo de los límites establecidos.
- Técnicas correctivas, son las que se utilizan con más frecuencia y al hacerlo pueden perder su eficacia, tal es el caso de las boletas o reportes de conducta. Otro ejemplo lo constituye la interrupción del proceso educativo por un tiempo específico.
Por su parte, en su rama más cognitiva, la psicología aboga por un modelo menos directivo que se basa en la comprensión que tiene el estudiante de lo que se espera de él y de cómo puede lograrlo. Es así que Glasser (1999), aboga por una disciplina como resultado de la elección, en donde el estudiante aprende a escoger lo mejor para sí mismo, a la vez que desarrolla confianza en sus docentes como guías que procuran su bienestar. Al final disfrutan o sufren las consecuencias de su elección, según sean positivas o negativas haciendo de todo el proceso un aprendizaje significativo y, en tanto que significativo, un moldeador del carácter.
En el próximo y último artículo de esta serie, destacaremos la disciplina bajo una perspectiva más centrada en la persona.
