Desde la perspectiva evolutiva, la palabra “eucariota” proviene del griego “eu” que significa “verdadero” y “karyon” que significa “núcleo”. Por lo tanto, eucariota se refiere a una célula que tiene un núcleo definido y separado del resto de la célula por una membrana nuclear, que se originó desde una célula simple.
Las células eucariotas son más complejas que las células procariotas, ya que tienen una serie de orgánulos membranosos internos, como las mitocondrias, el retículo endoplásmico y el aparato de Golgi, que les permiten realizar funciones específicas. También tienen un citoesqueleto interno que les da forma y les permite moverse. Los organismos eucariotas incluyen plantas, animales, hongos y protistas, y son más grandes y más complejos que los organismos procariotas.
La teoría de la evolución sostiene que la formación de células eucariotas marcó un hito trascendental en el proceso de transformación de lo simple a lo complejo en el mundo biológico. A lo largo de millones de años, esta evolución permitió la aparición de formas de vida cada vez más complejas y sofisticadas.
Algunas personas interpretan la evolución como un proceso guiado por Dios, donde las leyes naturales son la forma en que Dios obra en el mundo. Por otro lado, hay quienes creen en la creación divina literal, donde Dios creó todas las formas de vida tal como las conocemos hoy en día. En este sentido, la clasificación de las células en procariotas y eucariotas puede ser vista desde diferentes perspectivas según la interpretación que se tenga de la creación y evolución de los seres vivos.
Independiente de esto, el estudio de las células y su diversificación en diferentes formas de vida sigue siendo un tema fascinante para la ciencia y la religión. A través del estudio de la biología celular, podemos entender mejor a Dios como creador. Es un error prestar poca atención a la etimología de las palabras procariota y eucariota, ya que, en esencia, estaríamos afirmando que los seres vivos son fruto de millones de años de evolución.
Por lo anterior, debemos asumir que los libros de ciencia utilizados en nuestras aulas, presentan esta clasificación, sin embargo, podemos aclarar que, sería más adecuado decir que existen células sin núcleo definido (procariotas) y células con núcleo definido (eucariotas), de tal manera que, reforzamos la creencia de la creación literal y lo maravilloso del diseño inteligente. Al mismo tiempo, podemos reflexionar sobre cómo la complejidad y la belleza de la vida pueden ser vistas como un reflejo del poder y la creatividad divina.
En conclusión, cuando usamos las palabras procariotas y eucariotas, proporcionamos una visión general de cómo las células han evolucionado a lo largo del tiempo según la teoría de la evolución. Sin embargo, al usar la clasificación de las células en aquellas que no tienen núcleo y las que tienen núcleo definido, reforzamos la teoría del diseño inteligente y la maravilla de la creación de Dios.
*Este artículo es la segunda y última parte de esta serie. Lea la primera parte.
Author
Victor Hugo Solis Valladares
Valladares, Ph.D. es originario de Ecuador. Es docente investigador de tiempo completo en la licenciatura en Nutrición de la Universidad de Navojoa, Sonora, México. Tiene una formación en Químico Clínico Biólogo, salud pública e investigación. Con una experiencia docente de 27 años, es un apasionado en los temas de integración de la fe.