Bill Gates, al referirse al surgimiento de la Inteligencia Artificial (IA), considera que es “el mayor avance tecnológico en décadas” y que este es tan importante como lo fue la creación del microprocesador, el ordenador personal, Internet y el teléfono móvil. Sin duda, las revoluciones industriales vienen con una fuerte carga de tecnología, y ya podemos decir de que estamos entrando en la quinta revolución industrial o industria 5.0, donde la IA será la que oriente los cambios.
Frente a este panorama, los sistemas educativos no se encuentran ajenos. Todavía no se puede vislumbrar con claridad cómo la introducción de la IA influirá en los procesos de enseñanza tradicionales, pero se puede entender que esta tiene un potencial para transformar significativamente la educación. Algunas tareas educativas donde se podrá tener la ayuda de la IA serían tal vez la personalización del aprendizaje, la identificación temprana de problemas de aprendizaje, la automatización de tareas, la tutoría virtual y el análisis de datos, entre otros.
El sistema educativo adventista debe ver un aliado en la IA para seguir mejorando sus procesos de enseñanza, pero no debe perder de vista cuál es el objetivo principal de nuestro sistema. La escritora Elena de White menciona que “la educación y el adiestramiento de los jóvenes es una obra importante y solemne. El gran objetivo que ha de lograrse debería ser el apropiado desarrollo del carácter, para que la persona pueda estar preparada adecuadamente para cumplir los deberes de la vida presente y entrar al fin en la vida futura e inmortal. La eternidad revelará la manera en que se ha realizado el trabajo”. En ese ámbito los maestros tenemos una gran responsabilidad y quizá no nos damos cuenta de” la importancia de nuestra obra ni de sus resultados”.
En consecuencia, la formación del carácter de nuestros alumnos requiere de maestros que sean modelos a seguir, donde el contacto con los alumnos sea un evento significativo. También podemos mencionar que la formación del carácter es un trabajo “artesanal” donde la IA no tiene espacio. Los educadores, en cambio, tenemos un rol clave al enseñar a los estudiantes principios y valores, así como en modelar estos principios y valores a través de nuestro comportamiento.
Entonces estamos frente a un nuevo comienzo para potenciar lo que es realmente importante y trascendente en la educación adventista. Lo que debemos buscar los maestros es transmitir a los alumnos “un carácter formado a semejanza divina”, porque sabemos que será el único tesoro que podemos llevar de este mundo al venidero.
Finalmente, podemos decir que la IA podría conducir a mejores resultados de aprendizaje y mayor éxito académico, pero esta no puede reemplazar completamente la enseñanza presencial del docente, sino complementarla y mejorarla. La formación del carácter sigue siendo la tarea más importante de los educadores, y debe ser prioritaria en todo momento.
REFERENCIAS:
White, Elena G. Mensaje para los Jóvenes. Buenos Aires. ACES, 2015
White, Elena G. La Educación. Buenos Aires. ACES, 2014
Author
Jorge Maquera Sosa
Ph.D. Andrews University. Hijo de padres misioneros. Es licenciado en Educación en la especialidad de Matemática por la Universidad Peruana Unión. Continuó sus estudios de maestría en Administración Educativa en la Universidad Estadual de Campinas São Paulo, Brasil. Los estudios de doctorado los realizó en Andrews University obteniendo el grado de Doctor of Philosophy. Profesionalmente se ha desempeñado como profesor de primaria, secundaria y universidad. También ha ocupado responsabilidades como director de Educación de la Misión del Lago Titicaca, Director General de la Universidad Peruana Unión – Juliaca, Director de Educación y Libertad Religiosa de la Unión Peruana del Norte. Director de la Escuela de Educación y Director de la Unidad de Posgrado de Ciencias Humanas y Educación de la UPeU. Es docente de las materias de matemática, filosofía, tecnología educativa y liderazgo. Actualmente es el decano de la Facultad de Ciencias Humanas y Educación. Tiene tres libros publicados.