Disciplina Redentora del Docente - Parte 2

Inter-American February 27, 2024

“Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta” Mateo 18:15.

Otro escenario de la disciplina redentora, es cuando la administración educativa está implicada en el asunto-problema. Este involucramiento, en ocasiones, viene por parte del estudiante contra el profesor o profesora.

Generalmente sucede, cuando el/la estudiante presenta una queja ante la administración por alguna inconformidad hacia el docente. Ante casos como estos, probablemente quien requiera restauración, sea el profesor o la profesora.

Si este es el caso, ¿cómo puede la administración aplicar la disciplina de Mateo 18:15? En este contexto, el profesor no ha pecado “contra ti” (contra el director), como dice la primera parte del versículo. No obstante, es deber del director, corroborar que en verdad el profesor ha “fallado” ante el estudiante.

En situaciones como estas, al administrador le corresponde dialogar en primer lugar con el profesor, después que ha recibido la queja del estudiante. El propósito de este diálogo entre director-profesor, es “comprobar”, si ciertamente, lo que el alumno asevera, es así o no.

Enseguida, el administrador puede reunir al profesor y al alumno; ya sea para ratificar que la queja del estudiante realmente sucedió (apoyada por la versión docente); o bien, aclarar que el profesor no tiene responsabilidad (también constatada por la plática con el docente), ante la queja interpretada como tal por el estudiante.

Si tras el diálogo entre el director y el profesor la queja tiene sustento, es deber del profesor disculparse ante el estudiante y el administrador. Si la queja no es real, el diálogo entre los tres se enfocará a disipar en el estudiante que la queja no goza de fundamento. En ambos escenarios (sea la queja real o no), al director le corresponde buscar al docente y al estudiante para atender el asunto.

Cualquiera de los dos escenarios que sucedan, si el director sigue este proceso bíblico, puede tener la seguridad de Cristo: “has ganado a tu hermano” (Mateo 18:15). Aquí, el hermano ganado puede ser el docente, el estudiante o ambos. Al ganar a ambos, el director también gana porque todo se ha dado en el contexto bíblico y de armonía cristiana.

Por el contrario, si el director escucha sólo al estudiante y sus palabras las considera como hechos y verdades, estará inclinando la balanza a favor del alumno y juzgando injustamente al profesor. En un escenario como este, el director no está haciendo la labor formativa en el alumno. Al contrario, le está haciendo un daño; porque podría ser que el alumno a partir de este suceso, considere que basta con culpar al profesor y él obtendrá la razón porque su aliado es el director.

Ante situaciones como esta última, el docente carece de intercesor. Toda la razón injusta la tendría el alumno; y el director no estaría cumpliendo con el cometido de mediador, función que, en ocasiones justas, le corresponde desempeñar como líder educativo. ¡Sigamos el ejemplo de Jesús!

Author

Emerson López

Posee un doctorado en Socioformación y Sociedad del Conocimiento. Ha sido prefecto, orientador, profesor de asignaturas, subdirector académico y director de instituciones educativas adventistas. Actualmente, se desempeña como docente de investigación en pregrado y posgrado en la Universidad Linda Vista ubicada en Chiapas México. Su pasatiempo es la lectura y escritura.

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